domingo, 20 de diciembre de 2009

Carta de Angelus Silesius

Los textos de Angelus Silesius son hermosos, os dejo una carta escrita por el de profundo contenido, ahora en tiempos de Navidad. Me llamo [B]Johannes [/B][B]Angelus[/B][B]Silesius[/B]. Una vez vi al diablo y tuve miedo. No tenia una forma infernal, no era un macho cabrio andando a dos patas, ni una figura envuelta en llamas con rabo y tridente. Mas bien tenia rasgos familiares y una silueta que me recordaba� a mi madre. Si, era como mi madre, pero con los ojos de un enemigo que medita. Fueron esos ojos los que me estremecieron. Escondian el tormento de la desesperanza y la falta absoluta de amor, la guerra y la crispacion del mundo. Esa vision me condujo a un profundo abismo, pero tuve la suerte de encontrar en ese abismo la ternura de Dios. Sin amor nada tiene sentido, con amor tiene sentido la nada. Eso fue lo que aprendi. Naci el dia de Navidad de 1624, en Breslau, capital de Silesia, hijo de familia protestante y educado en el gimnasio luterano de Santa Isabel. Mi madre fallecio cuando contaba yo la edad de quince anos, mi padre habia muerto dos anos antes. Cultive la poesia de los grandes maestros y mi alma siempre busco el sosiego que la vida no me brindaba. A mis veinticuatro anos era doctor en Filosofia y Medicina por la Universidad de Padua. Comprendi entonces que la curacion del cuerpo y la curacion del alma, seguian a veces caminos distintos. Empezaba a entender el mundo de otra manera, mas amplia que la otorgada por mi educacion ortodoxa. Todo lo centre en la busqueda de la personalidad viviente de Cristo. En esta epoca comence a escribir mis inquietudes y lo que mi corazon mas anhelaba. Aprendi a utilizar el lenguaje para expresar lo que sentia mi alma y conoci el arte de los versos alejandrinos y los epigramas. Buscaba la libertad del eterno presente. Buscaba dar forma a mi religion interior. Por ese entonces era yo un medico de pueblo pero que no encontraba la plena satisfaccion en las curas del maestro Paracelso, porque todo parecia depender del tiempo y de los designios de un Dios que no podia comprender. Un Dios que cogia higos de los cardos y examinaba el fondo de las cosas. [I]Mundus pulcherrimun nihil[/I]. Me converti al Catolicismo en 1653, tomando el nombre con el que me he presentado al principio. La vision demoniaca que me aterrorizo, ejercio una gran influencia en este proceso de conversion. Entendi que era necesario luchar, que si no se le hace caso al amor, se muere de frio. Que el pecado se acompana de tumulto, y en el silencio esta la humildad y la sabiduria del que busca una sola cosa. Aquella vision me enseno a la bestia, pero tambien el camino de su derrota, que no es otro que la transformacion de bestia en hombre, y de hombre en ser angelico. Esta es la peregrinacion del alma, el camino del ser angelico, la transformacion que nos conduzca a la contemplacion de Dios. Este era el milagro, que el lodo une a Dios con el hombre. Que el corazon es el reino, el corazon es el templo, el corazon es un sepulcro viviente. El fruto es la belleza, una rosa mistica que crece aqui y ahora y siempre, rodeada de espinas, sangrando sin marchitarse en las penas. El amor debe ser la senda y el epitafio. La llave para saber que nada es imperfecto, que una rana es tan bella como un angel. Desde mi ordenacion como sacerdote jesuita, mi vida se ha basado en la busqueda contemplativa de Dios, reposar en la accion es la via de la santidad. Me dedique a escribir obras para educar en la fe, pero de todas las poesias de mi alma iluminada, me quedo con las ideas que tuvo mi corazon en su viaje hacia Dios. Un viaje que toda alma deberia hacer. [B][COLOR=Navy]El viaje del peregrino querubico[/COLOR][/B]. Este libro que edite hace dos anos, es el libro que recoge toda mi vida. Es mi legado de amador serafico que proclama los santos deseos del amor para aquellos lectores que intentan inflamar santamente su corazon de Dios. Pero al final me canse de escribir. Amigo, basta ya!, si quieres leer mas ve y conviertete tu mismo en la escritura y la esencia. Siguiendo la doctrina de Gerson, me instale en la pobreza absoluta, el ayuno y la contemplacion dentro de una vida cotidiana. Y a mis cincuenta y tres anos se que los abismos del alma conducen a la virtud y hacen mas soportable los achaques infatigables de la terrible enfermedad que me aflige en estos ultimos meses. Hoy apenas tengo fuerzas para sostener la pluma con la que escribo. La muerte se acerca al mismo tiempo que se divisa la luz de otra vida. Ahora es necesario volver al principio. Os dejo esta carta como manifiesto de mi timida existencia. Quedad en paz, hermanos. Breslau, 9 de julio de 1677.

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